domingo, septiembre 17, 2006

Yoga para ranas en pijama

Querido y zen agujero sideral de mis entrepaños:
Me he apuntado a yoga. Así, sin más, porque yo lo valgo. Ahora soy una mujer renovada como un bio, aunque creo que si el nivel de las clases sigue subiendo me voy a tener que comprar unas cuantas Tena lady, y no sigo dando explicaciones porque me pongo escatológica.
Lo del nivel, en cambio, sí lo voy a explicar. Llevo dos clases, ni una más ni una menos. Y en la segunda, el profesor, un señor muy zen y muy relajado, aunque a veces aprieta la mandíbula al hablar por lo que me da por pensar que hay algo que le chirría, pero oye, todos tenemos taras, como iba diciendo, este señor pretendía, después de unos ejercicios de calentamiento, que apoyáramos las manos en el suelo, nos levantáramos en el aire y que encima, lo hiciéramos controlando la respiración. Ante tanto despropósito, yo me reír, pensando que era broma y ahí fue cuando me dí cuenta de que en el yoga no caben los vaciles, el tío iba en serio. Mis compañeros se pusieron manos a la obra y hubo gente que lo consiguió. Bien por ellos. Yo me quede dando saltitos como una rana en pijama, hasta que me cansé y me puse a hacer inspiraciones para disimular.
En fin, supongo que esto es el principio. Si persevero seguro que acabo consiguiendo bajar las escaleras de mi casa como la niña de "El exorcista". Tiempo al tiempo.

domingo, septiembre 03, 2006

Extranjeros que hablan como el señor Cuesta

Querido y bien integrado agujero sideral:
No sé qué tal hablarás tú, mayormente porque nunca te he oído, pero yo te puedo decir que, de toda la vida, mi vocabulario ha estado lleno de tics. Ya de pequeña repetía algunas cosillas que oía en la tele como "De todos los españoles" o "Eso no se hace, caca" que decía el gran Antonio Ozores en el "1, 2, 3". O eso de "¿Qué os pasa cavernicolitas? Pero mira que sois tontícolas", que decía una chica vestida con una piel de oso de atrezzo en el programa de La Trinca.
Pero lo de ahora es mucho. A estas alturas, una ya lleva mucho humorista grabado en las neuronas y en las cuatro que tengo haciendo eco se me han juntado Martes y Trece, Chiquito de la Calzada y La Hora Chanante, por lo que en cuando intento llevar una conversación normal parezco una poseída.
Sin embargo, el otro día presencié algo que me hizo ver que no estaba sola en el mundo, por lo menos en cuestiones de tics conversacionales. Un chico extranjero estaba hablando por el móvil y, justo cuando pasé por su lado dijo con su acento torpe y su español, más torpe todavía: "Bueno... no ti preocupar, yo hablar con presidenta de esta nuestra comunidad..."
¡Qué grandeeeee!