viernes, marzo 23, 2007

Complicándonos la vida

Agujero sideral de mis entrecueros:
Sí, lo sé, soy una descastada que no merezco que me mires a la cara y cuyo destino debería ser arrastrarse por un mar de mocos de gusano bronquítico... no te merezco agujero, no contenta con ser una petarda de tomo y lomo, encima no actualizo. Ahora, eso sí, tengo una lista de excusas que ni las del PP para organizar una marchita por la calle. He estado liada con el trabajo, además de estresada, cansada, desanimada y todo lo que acabe en "ada", ¿por qué? Porque estaba liada con el trabajo. ¿Ves que excusa tan buena, tan bonita y sobre todo, tan barata?
Pero, como me debo a mi público, que en este caso eres tú porque a estas alturas debes ser el único que me lee, he vuelto al redil para transcribirte fielmente un diálogo que oí en un restaurante, entre un camarero y los miembros (nunca mejor dicho porque eran todos tíos) de una mesa.

Camarero: A ver, ¿bebidas?
Miembro 1: Yo, Coca Cola.
Miembro 2: Cerveza con limón.
Miembro 3: Agua
Miembro 4: Cerveza con gaseosa
Miembro 5: Otro agua.
Miembro 6: Cerveza

El camarero dejó de tomar nota y le miró con extrañeza.

Camarero: ¿Con limón?
Miembro 6: No... normal.
Camarero: ¿Con gaseosa?
Miembro 6: No... sin...
Camarero 5: ¿Sin alcohol?
Miembro 6: No, no, sola.

El camarero se vuelve a su compañero de barra.

Camarero: ¡UNA CAÑAAAA!