Berlín 1ª parte: La rabieta del niño okupa
De nuevo aquí, agujero negro de mis entrepaños, tras cinco días de pateada inmisericorde por las calles de Berlín. ¡Qué ciudad! ¡Qué monumentalidad! ¡Qué salchichas! Dispuesta a batir el récord de 40 kilómetros marcha en bolsito y sandalias, por la ciudad asolada por una ola (bueno, exagero, era una olita) de calor, vi una imagen que me dio que pensar. Ocurrió en la casa Tachles, que antes era una casa okupa y ahora es un centro multicultural regentado por okupas, que suena mejor y mola más. El caso es que, al ver la imagen que os adjunto, porque una tiene el dedo rápido (para hacer fotos, agujero, para hacer fotos) me di cuenta de una verdad como un templo sin la cuál no sé cómo he podido vivir hasta ahora: los niños no están hechos para sistemas okupas, ni comunismos.
El infante okupa que vi estaba llorando amargamente mientras su padre, hermano, tutor, novio de mamá, o lo que fuera le consolaba tiernamente. Pero que si quieres arroz, Catalina (o como dirían los teuton

1 Comments:
¡Qué cagada es el Tacheles, moblog! yo también estuve en Berlín en verano. Odio el Tacheles, es una estafa el Tacheles. Es un parque temático del cutrerío y de lo alternativo que sólo logra engañar a profesores de secundaria de Azuqueca de Henares (doy fe de que así ocurrió).
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