viernes, abril 20, 2007

Cinefilia rancia

Agujero sideral y trabajador (supongo):
Después de casi dos años sin vacaciones, he decidido parar y tomar aire. Así llevo un mes y ya me empiezo a hiperoxigenar por lo que, dentro de poco, me veo buscando trabajo de nuevo. Qué abismo, agujero, qué abismo. Mientras tanto, lleno mi tiempo libre con varias actividades y descubrimientos que me han dejado estupefacta. El otro día, sin ir más lejos ni más cerca, estaba viendo la tele mientras desayunaba y vi en La 2, cadena cultural y alternativa de todos los españoles, un trozo de una peli de Ozores (Mariano). El diálogo que escuché era de tanta envergadura, de una tensión dramática tan llamativa que tengo que transcribírtelo porque si no reviento. Allá va.

López Vázquez (grande entre los grandes) y una chica sentados en una cafetería y haciendo manitas (bueno, manitas ella, porque él está pegándole un repaso de mucho cuidado).

López Vázquez (babeando): Entonces, ¿nos compramos un piso?
Chica: Sí, claro.
López Vázquez (chorreando) : Y en el dormitorio, ¿qué ponemos? ¿Dos camas o una cama de matrimonio?
Chica: Una cama de matrimonio, por supuesto.
López Vázquez (sudando y babeando, el hombre se tuvo que deshidratar haciendo este diálogo): Ay, qué alegría me das, ya verás qué bien vas a estar por las noches.
Chica: Uy, ¿y eso? (aquí la chica demuestra que está a por uvas)
López Vázquez: Porque yo por las noches soy un HORNITO.

En ese momento, el grande entre los grandes pierde un poco el control y se restriega contra la chica mientras declama.

López Vázquez: Un hornito... verde, pero un hornito.
Chica: Ay, quita, quita (tópica frase de chica Ozores, pero muy eficaz a la hora de cortar la escena)

Agujero, qué momento, todavía estoy digiriendo la tostada con aceite (que una es muy sana en sus condumios) que me estaba comiendo mientras veía dicha escenaza. Qué tensión, qué interpretación, que tonillo nasal el de López Vázquez (del que soy fan absoluta) Así que, tras este flashazo del pasado, he decidido que quiero más y más. Y ahí es donde entras tú, agujero. No sé si recordarás algún momento bueno, bueno, de aquellas pelis que se hacían en la España de los setenta/ochenta. Si me ayudas a refrescar la memoria te lo agradeceré para siempre, aunque sé que a ti eso te da igual.

lunes, abril 02, 2007

Un rodaballo presenta la gala de los Premios de la Música

Arrebatado y musicófilo agujero sideral de mis entrepanas:
Mi querido y nunca bien ponderado Dj Flowers de primaverarrr, mi sufrido y airado Gastrónomo Furioso y una servidora (al loro la terna, no se ha visto reunión igual de frikis desde la foto de las Azores) estuvimos viendo el otro día La Gala de los Premios de la Música. Acabo de leer la versión de los hechos de Dj, espero con ansia la de Gastrónomo (aunque no sé qué símil gastronómico se merece esta gala, a mí se me ocurre casquería, pero no es muy sutil) y yo paso a relatar la mía que, acorde con mi modo de ser, será un petardo de mucho cuidado.
Empezamos con el presentador, un tal Ángel Ruiz que dice que es actor. El individuo en cuestión tenía ojos de rodaballo, es decir, separados y vidriosillos (verlo y entrarme ganas de subastarlo en la lonja fueron todo uno, ahí se me nota la vena del Norte) y lucía una especie de traje de chapapote con aires morunos, la mar de cómodo, combinado con un gorro de aviador. Se suponía que este señor venía del futuro para hablarnos del Apocalipsis musical en el que nos íbamos a ver como siguiéramos bajándonos discos de Internet. Como si la chica vasca sin cuello que canta con el hijo de Benegas o el grupo del churri de La Juani, no fueran suficiente aviso.

Y Cobos se pierde en un jardín y se encuentra a la alcaldesa de Córdoba

(Como veía que se me quedaba larga la crónica la he dividido en dos, así parece que he actualizado más y todo)

La gala estuvo deslavazada, como todas las galas, pero lo peor no fue eso (ya son muchos años entrenándonos con Los Goya y los TP y tenemos callo) si no lo inexplicable: EL SONIDO. ¿Cómo es posible que nos echen la culpa de que la música va mal y no sonoricen bien su propia gala? Menos mal que ahí estaba Cristina Llanos de colegiala, a la que sólo le faltaba chupar un polo de atrezzo para completar el cuadro morbosillo, Melendi y sus melenis, Pereza dando ídem, Alaska cantando como si se hubiera fumado una caja entera de Montecristos, Bunbury cardado, Falete desgañitándose sin que nadie le entendiera ni papa y el más grande, lo mejor de la gala: ese Cobos, madre mía.
El hombre salió a la arena y soltó un discurso inverosímil entre Ortega Cano y Antonio Ozores, sólo le faltó añadir "eso no se hace, caca". Luego, perdido en su jardín que a estas alturas ya era como la selva Amazonas, presentó a la alcadesa de Córdoba y se puso a aplaudirla con tanto entusiasmo, que no se dio cuenta de que la mujer salía por el lado contrario al que él estaba dedicando sus sentidas palmas. Sólo cuando notó su aliento frío en la nuca se dio la vuelta para saludarla.
Agujero, lo que te has perdido, no sigo porque me duelen los dedos de tanto teclear (cómo se nota que actualizo poco, ¿eh?) así que, si quieres saber más, te recomiendo que te pases por el Malestar General de Dj, no tiene desperdicio.