lunes, agosto 06, 2007

Ítems veraniegos

Agujero sideral de mis entretangas:
No sé si admirarás el hecho de que haya batido mi propio récord de vagancia o te dará igual, que es lo suyo dado tu carácter. Sólo te escribo para que sepas que estoy viva y pasando un verano a todo trapo en Madrid, con aire acondicionado gratis, ordenador gratis y teléfono gratis, o sea, trabajando. Pero no te creas que todo es curro en plena canícula. Aquí donde me tienes, en mis ratos libres analizo algún que otro ítem veraniego, que te paso a detallar para que veas que a sesuda no me gana ni Curri Valenzuela (por cierto, me fascina que incluya a Manolo Escobar en la lista de los personajes que han hundido a España... la mujer chochea, pero ahí ha dado en la diana).

Primer ítem veraniego: A la Longoria no le gusta el helado:
Yo entiendo que una chica tan fina no puede salir en una foto pegándole un lametón al helado industrial hipermegacalórico de turno, pero de ahí a agarrarlo como si fuera la dentadura postiza de la Curri y apartarse de él haciendo la cobra hay un trecho.

Segundo ítem veraniego: Los de las cremas por la belleza real no quieren a las gorditas:
El otro día, animada por la imagen de la chica prieta y entradilla en carnes del anuncio de la crema en cuestión, me lancé a comprármela para que el verano me pille bien hidratada y resbaladiza. Resulta que en el pack regalaban una camiseta interior de tirantes que, se supone, debería sobrarle al mismísimo Hulk Hogan cuando se rompía la camiseta para que le viéramos el aceite de los pectorales... pues no. La camiseta no me deja ni respirar y es tan ajustada que la etiqueta hace relieve. La usaré de diadema.

Tercer y último ítem veraniego: los eslogans veraniegos calan hondo en la población china:
Bueno, creo que he exagerado, que yo sepa sólo ha calado hondo en el chino de mi calle. El otro día, sin ir más lejos, entré a comprarle cerveza y refresco de limón. El hombre me miró con sus ojillos risueños (bueno, la verdad es que los tiene así de cerrados siempre, aunque esté serio) y me dijo: "Ah, celveza con limón, la bebida del velano". A continuación, le pedí un tetra brick de gazpacho y me contestó sin despeinarse: "Pol supuesto, tenemos la mejol malca: Alvalle". Ay, cuánto capitalismo, si Mao levantara la cabeza.

En fin, agujero, creo que por hoy te he mareado bastante, pero no te preocupes que volveré como la Pantoja. Ah, y si se te ocurre algún temita veraniego que te inquiete, por favor, no dejes de decírmelo.